En la tierra que vio nacer a los músicos Chico Buarque y Antonio Carlos Jobim, al poeta Vinicius de Moraes y también al futbolista Ronaldo, Rio de Janeiro. Fuente inagotable de energía, dónde el mar, las montañas, el aire, las nubes, el sol, la flora y la fauna, incluido el ser humano se funden en un solo ecosistema. En este lugar organizaciones, pueblos, comunidades, colectivos, redes, hombres y mujeres que habitamos este planeta llamado Tierra, nos dimos cita a lo largo de una semana para concebir uno de los eventos más importantes de este principio de milenio, la Cumbre de los Pueblos Rio+20.

Importante por el momento en que se inscribe, la mayor crisis civilizatoria que el ser humano ha visto, al poner en entredicho su propia supervivencia junto a la de todos los seres vivos del globo, deja muchas contradicciones pendientes de respuesta, y este evento fue un momento de reflexión de tal hazaña.

Con este marco se preveían dos postulados y así se dieron, uno mejor consolidado que el otro; El oficial, por la continuidad del modelo económico imperante, ahora con disfraz verde y sustentable, impulsado por los países, empresas y familias que más se han visto beneficiadas con la mencionada contradicción, y cuyo lenguaje, el dinero, les hace tomar los acuerdos más articulados y organizados; El popular, con un lenguaje plural, abierto y diverso menos efectivo pero más profundo, camina para reconciliarse con todo lo que se ha dividido: al ser humano de la naturaleza, al hombre de la mujer, la ciudad del campo, el consumo de la producción, la mente del espíritu, por solo mencionar algunas. Empujado en primer lugar por los pueblos originarios, este postulado que aboga por el buen convivir es reivindicado por la mayoría de los movimientos.

La Alianza Internacional de Habitantes, inscrita en el segundo postulado abona y se suma para el bien habitar del planeta. La campaña cero desalojos, gestada en la reflexión urbana ha permitido ligarse a un sector más amplio, el territorio. Ello debido a los fuertes embates del capitalismo a los bienes comunes que aún sobreviven las montañas, culturas, ríos y mares. Los megaproyectos (Autopistas, Presas, Hidroeléctricas, Minas) son la expresión más palpable de tal embestida. Desde hace ya 2 años la AIH se incluye en la defensa de estos bienes por el despojo y desalojo que provocan para generaciones presentes y futuras.

El extractivismo (tomar, sin reponer) ha resultado ser un modelo muy efectivo para las empresas trasnacionales; promueve una red de infraestructura en los países explotados para saquear sus bienes autopistas, puertos y cableados eléctricos primordialmente; modifica quirúrgicamente la legislación de los países, para dejar la charola servida a sus comensales; ocupa el velo de la sustentabilidad, la responsabilidad empresarial para hacerse llegar de diversos grupos desde comunidades hasta universidades; el desmantelamiento paulatino de las políticos públicas y sociales, genera mayor marginación de los grupos más desprotegidos, lo que facilita el despojo y desalojo de sus bienes a favor del desarrollo económico; aprovecha el discurso de seguridad nacional, que justifica su militarización para criminalizar la protesta social y quitarse del camino su más fuerte amenaza, la organización social.

El martes 19 de junio convocamos a la Asamblea de la convergencia sobre mega-eventos, mega-proyectos, acaparamiento de tierras, la Alianza Internacional de Habitantes (AIH) junto a otras redes como Coalición Internacional del Hábitat (HIC), Fórum Nacional de Reforma Urbana y Vía Campesina. En la mesa con habitantes de Brasil, Cambodia, México, África del Este, Magreb (África Occidental) logramos un bufete de experiencias de base entorno a la defensa territorial. Aunque la traducción fue complicada, el tono de voz, las gesticulaciones, las reacciones y el corazón nos comunicaron y apuntamos la importancia de unificar esfuerzos como movimientos.

Cocinada a fuego lento para mayor sazón, se ha preparado una agenda transversal entre las redes que nos reunimos para consolidar el trabajo y la reflexión que se ha venido dando desde hace por lo menos 2 años. El Foro Social Urbano en Nápoles durante septiembre de este año, las Jornadas Mundiales Cero Desalojos en octubre y la Asamblea Mundial de Habitantes 2013 son una ventana más para caminar en la construcción de la Vía Urbana y Comunitaria.

Como lo habían previsto el espacio oficial fue un éxito para el capitalismo verde, tan solo por hablar de la minería, en el documento final de la Conferencia Capitulo V, párrafo 227 y 228 en la página 48, se cobija a esta actividad extractiva del discurso sustentable y responsable panacea del desarrollo, que tanta falta le hace para seguir mintiendo a las comunidades de sus bondades.

Por el lado de los movimientos, Río de Janeiro con la Cumbre de los Pueblos es una oportunidad más para re-bordar, re-tejer, re-construir los puntos de encuentro entre los movimientos campesinos, indígenas, urbanos, ambientales, sindicales y demás, en y para un solo tejido del que somos parte, el que habitamos, La Tierra, nuestro territorio.